La capacidad para ir al retrete con cierta independencia es importante. Los inodoros actuales son, por lo general, demasiado bajos por lo que muchas personas tienen dificultad para sentarse y para incorporarse. Un asiento elevado colocado sobre el retrete proporciona una mayor altura y permite más intimidad en esta actividad tan personal.
Los asientos elevadores son así, un ayuda prácticamente imprescindible para incorporarse y sentarse con el mínimo esfuerzo y seguridad. De hecho, los especilistas opinan que disminuye el riesgo de caídas en pacientes osteoporóticos y está especialmente recomendado para hemipléjicos, personas con prótesis o artrodesis de cadera o rodilla que limite la movilidad por dolor.
Se adaptan al retrete sin la necesidad de herramientas y en pocos minutos.